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Claves para tener éxito en proyectos de nube híbrida

Nube privada, nube pública, nube híbrida. Estos son, grosso modo, las tres grandes opciones que existen bajo el paraguas del modelo de suministro de TI cloud computing. La primera se refiere a aquellos modelos basados en una infraestructura bajo demanda gestionada para un solo cliente que es quien controla qué aplicaciones debe ejecutarse y dónde, además de ser propietario de la tecnología. La nube pública, por su parte, se basa en un modelo de computación mantenido y gestionado por terceras partes no vinculadas con la organización usuaria. En este modelo tanto los datos como los procesos de varios clientes se mezclan en los servidores, sistemas de almacenamiento y otras infraestructuras de la nube. Los usuarios finales de esta nube no conocen qué trabajos de otros clientes pueden estar ejecutándose en el mismo servidor, red, sistemas de almacenamiento… Finalmente, la nube privada es una opción que combina las dos anteriores de forma que la empresa usuaria es propietaria de unas partes y comparte otras, aunque de una manera controlada. Un servicio de nube híbrida permite, entre otras cosas, sincronizar y/o replicar datos entre clouds públicas y privadas y migrar servicios de forma continua entre ambos tipos de nubes.

Desde que irrumpiera el concepto de cloud en el mercado de forma más masiva,el modelo de nube privada ha sido el que mayor acogida ha tenido en el mercado por el mayor control y seguridad que éste, a priori, brinda a las empresas usuarias. De hecho, en los últimos tres años, según Gartner, ha pasado de ser una aspiración a una verdadera realidad en casi la mitad de las grandes organizaciones de todo el mundo. Ahora, asevera la consultora, ha llegado el momentum de la nube híbrida. Ésta, aseguran los analistas de la firma de análisis, se encuentra en una situación similar a la que tenía la nube privada hace tres años, es decir, las expectativas en cuanto a su implantación son muy elevadas, aunque los despliegues todavía son escasos. Conocer las bondades de este modelo y, sobre todo, las claves para abordar proyectos de estas características con éxito es una asignatura obligada para cualquier empresa y responsable de TI que se precie.

Las bondades de la nube híbrida

Milind Govekar, vicepresidente de gestión de Gartner, no duda en afirmar que “la nube híbrida extiende aún más los beneficios que pueden obtenerse al dar el salto al modelo cloud”. Pero, ¿a qué se refiere exactamente el portavoz de la consultora? En primer lugar, éste indica que mientras la computación en la nube privada e interna puede ayudar a una empresa a optimizar la utilización de sus activos, el modelo híbrido puede maximizar este valor al mantener el equilibrio entre el uso de activos internos y externos. Por ejemplo, facilita que los servicios se puedan desplegar internamente cuando hay una capacidad disponible en la empresa, pero pueden ser movidos a la nube pública cuando no la hay, de modo que la escalabilidad es mayor.

La nube híbrida también puede ayudar en otro aspecto: la eficiencia en costes. Este modelo ahorra gastos gracias a un arbitraje automatizado. “Quizás no es tan fluido como en un mercado financiero, pero más que si la empresa debe elegir a mano entre un proveedor u otro”, señala el analista. Por otro lado, aunque la nube privada garantiza el aislamiento, la híbrida posibilita
que la empresa mantenga el equilibrio entre dicha separación, el coste y los requerimientos de escalabilidad de los servicios. Además, mientras la privada brinda una elevada disponibilidad y resiliencia, la híbrida puede mejorar significativamente este último aspecto y la recuperación ante desastres a través del uso de diversos proveedores.

Por último, Govekar destaca la capacidad que brinda el modelo híbrido de sumar nuevas funcionalidades de forma muy rápida y flexible. “Cloud computing asegura una barrera de entrada baja. La nube híbrida puede ayudar a una empresa a construir una estrategia de éxito”, concluye.

Algunas recomendaciones

No obstante, el experto recomienda a las empresas que no adopten servicios de cloud híbrida mientras que no hayan implementado con anterioridad los de cloudprivada. “Seguimos viendo a muchas empresas que luchan para implantar nubes privadas y demostrar el valor de éstas porque su adopción requiere un cambio en la manera en la que se proporcionan los recursos de TI, un punto de inflexión que afecta a personas, procesos y a la gestión del negocio”, indica.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan muchas organizaciones en proyectos de este tipo es que en muchas ocasiones sus áreas de negocio compran por su cuenta servicios de nube externa sin contar con el departamento de TI. “Para implementar servicios de nube híbrida de forma exitosa los responsables de TI deben incorporar internamente un rol de bróker de servicios cloud, que sea responsable del control, la gestión de la demanda y el despliegue de las prestaciones en la nube –sentencia el experto de Gartner–. Aquellos que no piensen y actúen como un proveedor de servicios externos o evolucionen hacia un rol de bróker de servicios en la nube perderán de forma gradual la confianza de los responsables de negocio, que se saltarán al departamento de TI para acceder a los servicios tecnológicos que precisen. La consecuencia de esto será una mayor desagregación de los servicios de TI y una reducción de su valor respecto a los
servicios de TI compartidos existentes”.

Por último, Govekar resalta la conveniencia de gestionar las nubes híbridas a través de plataformas de control. “Las plataformas de gestión de cloud mejoran la velocidad y automatización con la que se despliegan los servicios, además de reducir su coste”, apunta el analista.

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